Contar historias es una forma de vida, de respirar. La voz que narra es una y más antigua que las piedras.
Los cuentos nos acunan, nos arropan, nos consuelan. Los cuentos nos conectan con los demás seres humanos y nos transforman.
Contar historias es estar allá donde las palabras se convierten en un bálsamo.
Ventana sobre la palabra (I) Los cuentacuentos, los cantacuentos, sólo pueden contar mientras la nieve cae. Así manda la tradición. Los indios del norte de América tienen mucho cuidado con este asunto de los cuentos. Dicen que cuando los cuentos suenan, las plantas no se ocupan de crecer y los pájaros olvidan la comida de sus hijos. □Eduardo Galeano
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